Nosotros, como pacientes, confiamos en que los médicos y los hospitales actúen con profesionalidad y en el mejor interés de sus pacientes cuando les prestan atención médica. La negligencia médica se produce cuando un médico o un centro médico, como un hospital, lesiona a un paciente debido a un acto negligente o a una omisión. La ley exige que los médicos se atengan a una norma de atención común a la comunidad médica. Si el tratamiento del médico está por debajo de la norma de atención, el médico puede ser responsable de negligencia.
A mediados de la década de 1970, la legislatura de California promulgó la MICRA (Malpractice Insurance Compensation Reform Act). El aspecto más significativo de MICRA es que puso un límite a los daños no económicos (también conocidos como daños por dolor y sufrimiento) en $250.000. Esta cantidad se aplica independientemente de la gravedad de la lesión e incluso en casos de muerte por negligencia. Esta cantidad se aplica independientemente de la gravedad de la lesión e incluso en casos de muerte por negligencia. Además, la suma no se ha ajustado para tener en cuenta la inflación. Debido a la forma en que funciona la MICRA, esta ley afecta negativamente a los pobres y ancianos, que tienen menos probabilidades de sufrir grandes daños económicos.
El acuerdo en un caso de negligencia médica plantea dificultades. Para entender esto, es importante reconocer cómo operan las compañías de seguros. En un caso típico, como el de un accidente de coche, una compañía de seguros tiene derecho a llegar a un acuerdo con o sin el consentimiento del demandado. En un caso de negligencia médica, la relación es diferente. El médico, hospital o grupo médico demandado debe dar su consentimiento a cualquier acuerdo. Para complicar aún más el asunto, cualquier acuerdo de $30.000 o más debe ser comunicado a la Junta Médica de California.
Hay obstáculos difíciles de superar durante el juicio de un caso de negligencia médica. Las instrucciones del jurado favorecen al médico demandado. Por ejemplo, una instrucción dice al jurado que el hecho de que los esfuerzos de un médico no tengan éxito no significa que haya habido negligencia. Otra instrucción dice que un médico no es necesariamente negligente simplemente porque haya otra forma alternativa de atención disponible. Por estas razones, es importante contratar a un testigo experto que pueda explicar claramente y sin ambigüedades cómo la conducta del médico estuvo por debajo de la norma de atención.
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