"En octavo veía Saturday Night Live con mi familia, y durante los dos años siguientes escuché religiosamente podcasts de comedia en Pandora. A principios del segundo año me di cuenta de que era lo que quería hacer. Hice un micro abierto en el centro de Boise y volví hasta que encontré más oportunidades. Uno de mis amigos del instituto me empujó a ello y empezamos a escribir juntos. Se convirtió en algo semanal: escribíamos juntos, cenábamos y luego íbamos al concierto. Me encanta subir al escenario y hacer reír a la gente. Es un subidón de adrenalina y me siento muy a gusto.
El mundo ha estado muy oscuro este último año, y la comedia ayuda a iluminar las partes oscuras de la vida. Desde cosas como el desamor hasta las mudanzas, es liberador y me permite aprender más sobre mí mismo".
"La comedia es una forma muy buena de tomarse el mundo menos en serio".