Los parques de atracciones no reciben la protección de la doctrina de asunción de riesgos

Los Ángeles tiene una buena cantidad de parques de atracciones, y la mayoría de nosotros asumimos que estaremos seguros cuando pasamos nuestras vacaciones en estos parques. Recientemente, el Tribunal de Apelación de California tuvo que determinar si asumimos el riesgo de lesiones cuando nos montamos en una atracción de un parque de atracciones. El Tribunal dictaminó que los clientes de los parques de atracciones no asumen el riesgo de sufrir lesiones en una atracción de un parque de atracciones.

En el caso Nalwa contra Cedar Fair, LP, una mujer llevó a su hijo de 10 años y a su hija de 7 al Great American Amusement Park de Santa Clara, California. Allí, la familia se subió a los coches de choque. El coche de la familia chocó frontalmente con otro coche de choque.

Cuando la madre se frenó ante el impacto, se rompió la muñeca. El operador del parque de atracciones, Cedar Fair, LP, conocía el problema de los choques frontales con sus coches de choque. Y había introducido cambios en sus otros parques para evitar los choques frontales.

La cuestión en ese caso era si se aplicaría o no la doctrina de la asunción de riesgos. En caso afirmativo, el parque de atracciones no estaría obligado a prestar atención a los clientes.

El Tribunal concluyó que la doctrina de la asunción de riesgos, que suele aplicarse en el contexto de los acontecimientos deportivos, no es aplicable a las atracciones de los parques de atracciones. El Tribunal comenzó su análisis con la política pública primordial que exige a los propietarios de parques de atracciones que los hagan seguros para sus clientes. El Tribunal reconoció que el propietario de un parque de atracciones mantiene su parque abierto al público con la promesa de diversión y emoción seguras, y el propietario tiene el control total sobre el diseño y el funcionamiento de sus atracciones.

La decisión del Tribunal de Apelación impide a los propietarios de parques de atracciones eludir su responsabilidad ante sus clientes. Cualquier otra decisión habría incentivado a los propietarios a hacer la vista gorda ante los problemas de seguridad para ahorrar costes. Eso pondría vidas en peligro.