El padre de Kaitlyn Timko la llevaba de vuelta a casa de su madre tras una visita cuando otro conductor le disparó en la cabeza durante una discusión en Filadelfia. Kaitlyn sólo pudo ver cómo su padre se desplomaba sobre el volante del coche ensangrentado. Ni las cuatro balas disparadas ni los cristales volando alcanzaron a Kaitlyn, de 9 años, pero apenas reaccionaba cuando un consejero la entrevistó esa semana. Su madre dice que, dos años después, sigue traumatizada.
Ahora, Kaitlyn Timko ha demandado a su padre por daños emocionales. La demanda de Kaitlyn Timko alega que su cambio de carril por descuido y su gesto obsceno con la mano desencadenaron una cadena de acontecimientos que condujeron a la terrible experiencia. La madre de la niña, Lori Hardwerk de Norristown, dice que demandó en nombre de su hija para pagar el asesoramiento necesario. Hardwerk explica que la niña sufre un grave estrés postraumático, y que el padre de TImko provocó completamente la situación.
El tiroteo de octubre de 2009 en la autopista, cerca del puente Walt Whitman, dejó a Thomas Timko con lesiones cerebrales permanentes, una cicatriz gigante y cuantiosas deudas médicas. El autor del tiroteo, Christian Squillaciotti, un ex marine esquizofrénico, cumple una condena de entre 13 y 26 años de prisión tras ser declarado culpable de dos cargos de intento de asesinato y de tenencia de armas.
El abogado de Timko califica el tiroteo de imprevisible y afirma que la conducción de su cliente no causó directamente las supuestas lesiones de la chica. Afirma que el Sr. Squillaciotti es la causa real de la supuesta angustia emocional de Kaitlyn Timko.
Hardwerk nunca ha acusado a Timko de conducir de forma temeraria ni de blasfemar en presencia de sus hijos. No hay discusiones sobre la custodia o la manutención de los hijos, y la demanda no ha provocado una ruptura entre ellos, o entre Timko y Kaitlyn.