El 11 de junio, un niño de 12 años de El Centro, California, fue atacado y mutilado por el pit bull de su vecino. El niño fue mordido repetidamente en las piernas, los brazos, el cuello y la cara, y el dueño del perro también sufrió heridas leves al intentar detener el ataque. Aún no se sabe qué provocó el ataque, pero las autoridades están investigando la razón por la que el pit bull atacó al joven.
Los paramédicos llevaron al niño al aparcamiento de Imagine Charter School, donde le esperaba un helicóptero. El niño fue trasladado a un centro de traumatología de San Diego, donde permanece estable.
Los ataques de perros son incidentes graves que pueden tener resultados catastróficos, especialmente cuando las víctimas son niños pequeños. Las víctimas pueden sufrir fracturas óseas o laceraciones profundas, por no hablar de lesiones craneales o cerebrales. Pero los perros son una prolongación de sus dueños y, por tanto, éstos son responsables de sus actos. La negligencia del dueño es la causa de muchos de estos ataques. En un tribunal, los dueños de perros serán declarados negligentes y obligados a pagar medidas compensatorias a la víctima por facturas de hospital, lucro cesante, etc.